La cibervigilancia externa es el monitoreo continuo, desde la perspectiva del atacante, de todo el perímetro digital expuesto a Internet que la organización no controla: subdominios olvidados, certificados SSL visibles, IPs no inventariadas, credenciales filtradas en GitHub/pastebins, dominios typosquatting, perfiles falsos y menciones en dark web. Mediante OSINT, crawlers y escaneo global automatizado detecta activos desconocidos y riesgos (phishing preparatorio, datos robados) en horas, reduciendo el “unknown unknown” y permitiendo al SOC actuar antes de que el atacante lo haga; es un componente obligatorio en programas maduros de gestión de superficie de ataque externa.